Hay dos vuelos que simbolizan dos estilos de almas: el de la gallina y el del águila.
El vuelo de la gallina es de baja altura, hace ruido, levanta polvo y revoluciona el gallinero. Es un símbolo de las almas rastreras, con ideales horizontales y carreras de corto alcance.
El vuelo del águila es desafiante, altivo, veloz e inalcanzable. Su vista es capaz de fijarse en el sol y también de contemplar la plenitud del paisaje desde las cumbres de las nubes. Es símbolo del alma que se siente estrecha en tierra y desahogada en el cielo; del alma que necesita metas lejanas y difíciles, que puede enfrentar asperezas y obstáculos no sólo sin desánimo sino con emoción y gozo.
Educar almas del segundo estilo es un desafío urgente, necesario y difícil. La virtud que es constitutivo formal de tales espíritus se denomina magnanimidad.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.