Palabras del autor:
Las siguientes páginas tienen por tema la madurez humana. No se trata de un estudio principalmente especulativo sino de notas prácticas, encaminadas al trabajo personal en la propia maduración.
Estas páginas tienen el humilde cometido de ofrecer la oportunidad de que cada uno pueda identificar los baches más importantes de su personalidad y conozca lo sustancial del trabajo que tendría que realizar para corregirlos. Nuestros defectos pueden ser más o menos serios; algunos quizá no tengan consecuencias demasiado significativas, pero otros pueden ser responsables del estancamiento espiritual e incluso de la deformación del carácter y la raíz de nuestros vicios y esclavitudes. En tal caso se vuelve imperativo corregirlos. Por otra parte, el empeño en desarrollar nuestras capacidades, que son los dones que Dios ha sembrado en cada persona, es absolutamente necesario para cumplir el plan de Dios sobre cada uno. No vaya a ser que al final de nuestra vida nos hagamos merecedores de las reprimendas del siervo que dejó infructíferos los talentos recibidos en encargo.
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